El príncipe Enrique y Meghan Markle, los duques de Sussex
El arzobispo Michael Curry
La expectación era enorme. Fue una boda sencilla, diferente, multirracial y con un coro afroamericano que interpretó la emblemática Stand by me de Ben E. King.
Coro gospel cantando Stand by me
Cabe destacar las ausencias de la realeza europea y de la familia de la novia, que contrastan con el gran número de invitados de renombre: Oprah Winfrey, Elton John, David y Victoria Beckham, James Blunt, James Corden, George Clooney y Amal Ramzi, Serena Williams, Priyanka Chopra o el elenco de la serie Suits. En total más de 2.000 invitados, de los que solo 600 pudieron entrar a la capilla de San Jorge.
Doria, la madre de Meghan
Invitados de la boda real
La familia real británica se hizo cargo de los gastos del enlace, entre ellos los relativos al servicio religioso, la música, la decoración floral y la recepción.
5.000 periodistas y 80 medios internacionales cubrieron ayer sábado el enlace real del príncipe Enrique, nieto de la reina Isabel II. A eso de las 12 (las 13 horas en España) Markle se dejaba ver con un elegante y minimalista vestido blanco, diseñado por Givenchy, y un largo velo ajustado por una preciosa tiara de diamantes que pertenece a la reina.
Los duques de Sussex
El hijo de Lady Di optó por un uniforme de caballería. Tanto él como su hermano lucieron los típicos guantes blancos y el sombrero distintivo de la caballería del ejército.
Fue una boda de película, diferente, adaptada al siglo XXI, de las que pasarán irremediablemente a la historia.