Ésta sigue 3 líneas: soft, volumen y minimal. Las dos primeras están compuestas por vestidos más tradicionales y que siguen la estética que caracteriza a la casa, con predominio de los encajes, los volúmenes y la elegancia. Llama la atención el uso de colores como el champán o el nude para vestir a la novia, con formas totalmente románticas y sofisticadas. Las caídas, las cinturas muy marcadas y las organzas de seda también caracterizan a estos diseños.
Pero la tercera propuesta se trata de todo un avance respecto a lo que suele crear Rosa Clará. Mucho más vanguardista, está compuesta por trajes sobrios con faldas amplias de gran movimiento, combinadas con cuerpos muy simples inspirados en camisetas básicas de escotes asimétricos o espaldas descubiertas. Piezas muy innovadoras para el mundo de la novia y que están realizadas en punto de seda.
Sin duda, éstos son los idóneos para una novia que quiera salirse de lo clásico, a la que le guste el minimalismo y que quiera sobresalir por su originalidad a la vez que por su sencillez. Pero la verdad es que no encontramos ningún vestido que disguste, no convezca o no sea apropiado. Como siempre, Rosa Clará vuelve a acertar con sus colecciones.