Los centros de mesa para bodas son una parte fundamental de la decoración del convite, ya que crean una conexión perfecta con el resto del ambiente de la boda. Asimismo, nos ayudan a embellecer un espacio en el que todo el mundo se fija, ya que en él se llevan a cabo charlas, comidas y multitud de anécdotas. Por todo ello, deben ser acordes al estilo de la celebración y no perder en ningún momento el toque romántico. Os mostramos algunas ideas brillantes.
Flores
El empleo de flores para los centros de mesa para bodas son sin duda, el modelo más empleado, pero no por ello deja de ser uno de los más valiosos y útiles para crear un ambiente especial. Podemos elegir un color en torno al cual girarán los detalles de todo el evento y escoger flores que sean de este tono. Un ejemplo es el morado, que puede dar un aspecto muy sofisticado si lo mezclamos con recipientes metálicos de aire futurista.
Por otro lado, debemos tomar en cuenta a la hora de hacer los centros de mesas para bodas los colores pastel o el blanco que son siempre acertados y podemos utilizarlos para dar serenidad a las meses y jugar con otros elementos más oscuros o de tonalidades intensas. Lo mismo ocurre si nos decantamos por lo contrario, es decir, recrear un entorno blanco impoluto e introducir el color con pequeños complementos, como en las flores.
Originalidad
Si queremos ser más originales y dejar con la boca abierta a nuestros invitados, sólo tenemos que dejar volar nuestra imaginación y colocar como centro de mesa cualquier elemento que se nos ocurra. Para las más bohemias una opción es apilar algunos libros cuyas tapas posean colores que combinen entre sí. También podemos incluir elementos vegetales que nos den esa armonía con la naturaleza. Una manera de marcar los números de las mesas cada vez más utilizada es mediante un marco de fotos de estilo antiguo.
Otra forma muy sencilla, es combinarlas con velas, así lograremos un estilo muy vintage y elegante.