Nos hemos ido y hemos descubierto mil y un lugares maravillosos para casarse, hemos pisado un montón de escenarios que serían el marco perfecto para un reportaje preboda o postboda. Nos hemos vuelto a enamorar de la luz del sur y hemos mirado con otros ojos sus campos amarillos.
Hemos vuelto aún con salitre en nuestra piel y sacándonos arena de los bolsillos. Hemos vuelto despeinados y aún saltando olas.
Hemos vuelto con una sonrisa enorme en nuestra cara y un puñado de sonrisas en nuestras retinas de toda esa gente con la que hemos compartido nuestras vacaciones. El mejor equipaje de vuelta es una mochila cargada de sonrisas y buenos momentos, tan cargada que casi no te entra en el maletero… Y nosotros nos la hemos traído.
Las vueltas a casa no son glamurosas pero son necesarias.
Hemos vuelto. Estamos volviendo.