Y ahora, sé sincera: ¿has preparado tu cuerpo y tu piel para el gran día? No dejes para el último momento algo tan importante como tu imagen, porque lo que se cuidan y se prepara con tiempo sale mejor. Aprovecha para hacerte algún tratamiento, el que mejor se ajuste a tus necesidades, para estar realmente radiante en tu gran día.
En mi caso, lo que más me preocupaba era conseguir más firmeza en las zonas conflictivas y que el cutis estuviera más luminoso. Mi piel es muy seca y, aunque la cuido a diario, me interesaba conseguir un mejor resultado que el que puedo tener yo en casa. Por eso, estuve encantada cuando Magda me invitó a conocer el centro de Cristina Álvarez.
Lo primero que me gustó fue su aspecto: limpio y moderno. Pero lo que realmente me conquistó fue el trato de su personal. Son encantadoras sin caer en la ñoñez, me sentí muy cuidada desde el momento en que entré. Además, tuve la oportunidad de escuchar una conversación entre una nueva clienta y quien la atendía, y cómo le advertían que si no cumplía los requisitos que le pedían (estaban hablando de no tomar el sol), no podrían hacerle la sesión de fotodepilación. Me quito el sombrero ante quienes anteponen la seguridad de su cliente a una venta. La ética debe ser el pilar de cualquier negocio, pero aún más cuando se tiene entre manos la salud de una persona.
En los centros Cristina Álvarez disponen de una gran variedad de tratamientos. Me pareció especialmente divertido el Sugar Push Up, basado en aceites microencapsulados en azúcar (tan demonizado para el adelgazamiento). También es curioso el Bee Venom, veneno de abeja de Heaven, que consigue efectos similares al bótox pero de forma más natural y aplicado en forma de crema en lugar de pinchazos.
Pero como te decía, el tratamiento debe ajustarse a tus necesidades y, tras el diagnóstico personalizado, a mí me recomendaron una vacumterapia para la zona de atrás de las piernas y un tratamiento iluminador Casmara para devolver a la cara la luminosidad y jugosidad que le faltaba.
Ya en las cabinas pude comprobar la gran profesionalidad de las personas que me atendieron. Me explicaron perfectamente los efectos, riesgos y beneficios del tratamiento que me iban a aplicar, sin perderse en palabras técnicas que yo no pudiera entender. Son realistas con los resultados, tanto en el número de sesiones necesarias como en lo que vas a conseguir dependiendo del punto del que partes.
Disfruté muchísimo de la hora y media que pasé allí, y me gustó muchísimo la idea de poder compartirlo con quien yo quiera, ya que tienen cabinas dobles para poder ir acompañada.
Muchísimas gracias a Magda y a los centros Cristina Álvarez por la oportunidad de conoceros y poder ofrecer a mis novias, de primera mano, un servicio que he probado en persona.
¿Y tú, has empezado ya a cuidarte para tu boda?