Diario de una novia: parte uno

Leticia es una seguidora del blog desde casi los inicios. Hace unas semanas, se puso en contacto conmigo porque le hace mucha ilusión que su boda, el próximo año, aparezca publicada en el blog. Entre mail y mail, se nos ocurrió hacer una especie de diario donde ella fuera contando cómo está viviendo todos los preparativos y compartirlo con todos vosotros. Hoy comenzamos con la primera parte, donde Leticia cuenta cómo se conocieron y el emocionante momento en que Carlos le pidió que se casara con ella. ¡Comenzamos!

Soy de origen portugués, pero mi familia está afincada en Madrid. Mis padres se conocieron aquí en Madrid (mi madre vivía aquí y mi padre se quedó por amor). Por su parte, Carlos es de un pequeño pueblo de Madrid, pero con solo verlo entenderéis por qué creen siempre que es inglés.



Nos conocimos el 30 de marzo de 2012 en la parada de metro de Sol. Yo había quedado con una compañera de trabajo para tomar algo y llegaba tarde. Mientras la esperaba, mirando a mi alrededor me di cuenta que cerca estaba un amigo de la infancia al que hacía unos 7 años que no veía. Me acerqué a él para saludarle y a su lado estaba Carlos, quien era compañero de universidad de él. Con sólo una mirada, me robó el corazón. Ese día convencí a mi amiga para ir de fiesta con ellos y tras verle bailar, me enamoré perdidamente de él. No fue porque bailase bien, la verdad es que lo que me encantó de él es que tuviera ese salero y desparpajo que hiciera que no le diera vergüenza bailar tan mal como lo hacía. Ese día al despedirnos, nos dimos el teléfono y unas horas más tarde, tenía un mensaje suyo diciendo que quería volver a verme.



Quedamos unos días más tarde. Me recogió en el trabajo y nos fuimos a dar un paseo por el Retiro. Tras hablar, me dio un beso que no olvidaré jamás y tras esto, le dije que se olvidara de mí ya que sus pretensiones no me parecieron sinceras. Lejos de echarse para atrás, le gustó que tuviera las cosas tan claras. Y así, sin darnos cuenta, empezó una relación que dura ya más de cuatro años y medio.

Desde hace dos, vivimos juntos. Cuando menos me lo esperaba, Carlos me dio la sorpresa más bonita de mi vida. Me llevó de vacaciones a Alicante y el último día, viajamos hasta Villajollosa, al Hotel Montiboli con playa privada. Había reservado una suite del hotel con vistas al mar y tras un día con masajes, playa y mucho relax, me invitó a cenar. Justo después de cenar, me dijo que se encontraba mal y que me esperaría en la habitación. Lo encontré en un acceso de la piscina, me vendó los ojos y me llevó hasta la playa privada. Tras quitarme la venda, vi la frase "¿Quieres casarte conmigo?" escrita con velas y a Carlos arrodillado con un precioso solitario de la firma Suárez. Me dejó sin palabras. Fue sin duda un momento inolvidable".


Continuará…






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